miércoles, 31 de julio de 2013

Entrevista* a Monseñor Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla (México) y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam)


Veníamos conversando sobre que el discurso del Papa al CELAM, la presencia del Papa en la JMJ Río 2013 ha dejado sorprendidos a quienes lo conocíamos en Buenos Aires. ¿Qué desafíos se plantean a partir de este discurso, en qué aspecto el CELAM tiene que poner manos a la obra ya!

Mons. Aguiar Retes. Foto: EcosCEA
En primer lugar fue una confirmación pero ilustrada con ejemplos, con una claridad que nos dejó muy consolados y contentos de escuchar de esa manera lo que el Papa entiende por la misión continental. En dos dimensiones: la programática y la paradigmática que están allí presentes y hacen de la misión una acción integral, una pastoral organizativa. En ese punto la clave que nos dio es que de esa misma "misionariedad" va a venir la renovación pastoral. No hay una receta hecha. Es precisamente un camino por hacer y desde ahí, con un discernimiento pastoral, podremos ir descubriendo qué cosas han quedado obsoletas que se refieran a actitudes, estructuras o actividades. Y qué cosas son necesarias de implementar para poder hacer que Cristo sea conocido hoy en este mundo.

¿Cuáles son los rasgos de Francisco que los episcopados del mundo sería bueno que comenzaran a mostrar?

Los gestos que él ha ido manifestando a lo largo de estos primeros meses de pontificado nos van hablando: la austeridad, la sencillez, la claridad de hablar brevemente pero muy al punto, la consistencia en sus afirmaciones, las expresiones coloquiales que en un pontífice eran muy raras y las estamos encontrando en casi todos sus discursos. Estos rasgos nos permiten a abrir también nosotros nuestro abanico, nuestra manera de transmitir la buena nueva. Creo que son estos gestos que vamos recogiendo, que la prensa nos los recuerda, los que nos van a ir ayudando a que el Papa Francisco vaya teniendo estas réplicas de lo que él hace, todos los obispos vayamos colegialmente también en esa misma línea.


Vayamos a Aparecida. ¿Considera que es el nuevo nutriente-donación de la Iglesia latinoamericana para la Iglesia global?

Yo lo considero pero nos acaba de decir el Papa que él también lo considera. Es necesariamente esta convergencia de quienes estuvimos en Aparecida y de quienes aun no estando: estamos haciendo de Aparecida la brújula pastoral del camino pastoral de la Iglesia, pues estamos convencidos, como dijo el Papa, en el hoy, es la actualización de la palabra de Dios para el quehacer de la Iglesia.

¿Cuál es su opinión en relación a la colegialidad-sinodalidad que está plateando el Papa Francisco para su pontificado?
El Papa está queriendo hacer una curia servidora, una curia que sirva a la realización de su propio ministerio petrino y que sirva a las Iglesias particulares. Como que aquí está el punto: más que vigilante y controladora, que tengamos una amplitud en la línea de una libertad bien entendida, la libertad de buscar el bien de la Iglesia. Ya lo vimos en el Papa Benedicto quien, con una gran libertad, tomó la primera vez la renuncia al papado, sin ninguna presión política. Es el primero que dice: por el bien de la Iglesia y ante Dios y mi conciencia, renuncio. Esa libertad la tenemos que hacer nuestra pero siempre en sintonía, en concordia, preocupados de no perder la comunión.

¿Cómo se imagina una bajada pastoral del concepto "cultura del encuentro" en la Iglesia latinoamericana?

El espíritu, la idiosincrasia y la fe que tiene el pueblo latinoamericano facilita las cosas. La gente siempre ha buscado el encuentro: nos busca a los sacerdotes, nos busca a los obispos, los agentes de pastoral a otras personas a quienes servir, en los movimientos. En todas partes hay expresión de que lo que busca la gente no es simplemente un quehacer o un responder actividades, sino sentir la expresión fraterna el otro creyente, del otro discípulo de Cristo para abrirse a la posibilidad de integrar una comunidad. Estamos con las condiciones favorables para que esa categoría se universalice.

Pensando en los gestos que el Papa Francisco tuvo con el pueblo brasileño y los jóvenes del mundo que participaron en la JMJ Río 2013, muchos de esos gestos quedaron grabados en las retinas de millones y millones de personas que habitamos este planeta. A usted, personalmente, ¿cuál de esas imágenes le impactó más en su corazón?

La que más me llamó la atención fue cuando supe del niño que no tenía cerebro que llevaron en el ofertorio el domingo 28. Había sido presentado el día anterior y el Papa les pidió a los padres que lo llevaran de nuevo para darlo en ofrenda a Dios por la vida. Normalmente estos niños mueren con una gran rapidez y él se ha resistido a vivir. Esto impacta necesariamente porque implica acoger a unos padres que sin duda, con toda la esperanza de haber tenido un hijo normal, han recibido este hijo y el Papa les ha dado la fortaleza para llevar adelante esta vida que han generado.

Usted había experimentado al cardenal Bergoglio. Ahora ha experimentado al Papa Francisco. ¿Qué similitudes y diferencias encuentra en este nuevo rol que está transitando Jorge Mario Bergoglio?

Por una parte él no ha perdido todo lo que lo caracterizaba como cardenal, como obispo: su sencillez, su transparencia, su afabilidad, su capacidad de gobierno, sus decisiones firmes, su visión, su claridad de hacer síntesis. Todo eso ya se lo conocía. Pero además de eso que no ha perdido, mucho menos ha perdido ese gusto por los amigos. El reconocernos como si nada hubiera pasado y el estar con nosotros como si todo siguiera como antes sin ser el Papa. Como si se olvidara de ser el Papa y sigue siendo el amigo de siempre. También me impresionaron cosas que no le conocía: esta capacidad de tocar el corazón de las multitudes.


*Esta entrevista se llevó a cabo en la Casa de la comunidad de las hermanas de Madre Cabrini, Tijuca, Río de Janeiro, el martes 30 de julio de 2013, y ha sido editada para una mejor comprensión de su contenido.

2 comentarios:

  1. excelente la entrevista!!! Me sirve para orientar pastoralmente a los laicos a quienes asesoro. Una visión clara, certera, de primera mano sobre Francisco y sus orientaciones. Mil gracias! H. M. Alejandra Aguilar. . Schoenstatt.

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  2. Qué interesante lo que plantea el arzobispo. Es mi deseo que las líneas pastorales que el Espíritu Santo está indicando a la Iglesia sean tomadas por las diócesis y las parroquias y lllevadas al plano concreto. ¡Es el tiempo de la Misericordia de Dios y de que la Iglesia sea Madre que cura!, dijo Francisco. Que así lo hagamos

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